Al amanecer del domingo, mi cuerpo ha registrado un frío estremecimiento, me he sentido por un momento sin aire al ver la miseria de los hombres en su forma más desencarnada: la guerra.
Los medios y la gente hablan de un bando y del otro, quién tiene más “derecho” o no a defenderse, en cambio en todas las imágenes hay algo en común, el dolor en los rostros de todas las mujeres, de un bando y del otro. Es cuando inmediatamente pienso en todas las madres, en todas las abuelas, en todas las hermanas, en todas las amigas y todas tienen algo en común, el que ninguna estaría dispuesta jamás a entregar a su criatura amada “para servir a la patria”. Los bandos llaman a nuestras criaturas a “defender la patria”, les llenan de discursos inflados y del odio al enemigo; la patria en cambio, no le ofrece un intercambio justo, le paga con miseria y con muerte.
Las mujeres tampoco elegimos ser neutrales ni mucho menos imparciales, estamos a favor de la vida; cada víctima de guerra, cada criatura que vive y experimenta barbarie es criatura y obra de una mujer, por eso a las mujeres nos duelen todas las muertes.
Tampoco tenemos bandos, porque sabemos que para los bandos nuestros cuerpos son botín de guerra, los bandos violan a nuestras hermanas como arma milenaria, quebrar nuestra psique, hacer añicos nuestras existencias, matarnos en vida; no puedo sacar de mi mente a esa mujer en Gaza que se tiraba al piso de dolor e impotencia, rasgando el espacio con alaridos de indignación que nadie escucha.
La necrofilia de los hombres en su máxima expresión, con venia de Occidente, ha venido a reinar con nosotras en estos días, está sucediendo frente a nuestros ojos y a nuestros espíritus una gran afrenta a la Madre, con el apoyo de altos gobernantes de Estados que se dan la mano, se expresan apoyo mutuo, acuerdan sus pactos macabros con armas.
En estos días de oscuridad, a la que parece suceder más oscuridad y llanto, expreso mi amor absoluto a mi madre, a mi hija, a mis maestras; porque amor con amor ilumina y es esa misma luz que mando a todas las mujeres que están resistiendo la devastación y la inmundicia.
Con amor,
Lima, 13 de octubre de 2023