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Escritos de Amigas de Feministas Lúcidas

Corriente de Sentires. María José Blanco

«Somos lesbianas por opción» titula la entrevista,
y pienso en el momento en que decidí amarte-amarme más que a nadie.
Tomar tu mano pese a todo, bailar contiga y armar juntas lesbiandad.

Pienso en las ganas intensas de vivir la lesbiandad con las amigas,
y armar-amar comunidad hasta viejitas.
Viendo la belleza de nuestras arrugas,
valorando en cada cana la grandeza de la otra.
Vieja, bien vieja.

Vieja me siento a veces, grande y llena de la experiencia conjunta
de toda la ginealogía de mujeres que decidieron y deciden amarse.
En público o en privado.
Amarse bonito entre semejantas.

¿Es acaso decisión amarse?

Sí… no …a veces … tal vez…

Como el juego que tenía de niña entre los dedos,
ese del papel doblado cuatro veces cuatro,
y mis dedos dentro como ahora están dentro de un cuaderno
y otras veces bailan en tu universa y anidan en ti.

Me duele el brazo amora, me duele y sigo escribiendo…
¿Cuántos brazos optaron por amarte?
¿Cuántos cansancios optaron por escribir?
¿Cuántas lesbianas optaron por no amarse?
A pesar de todo,
A pesar del diario,
a pesar de Ayuquelén,
A pesar de Mónica Briones
o justamente por la experiencia de ella.

Quiero a veces que el reloj se detenga,
y descansar el brazo, y descansar del mundo,
para que ninguna opcione amarse y tan sólo se ame.

Que cada mujer se ame,
se ame intenso y en grande,
se ame a sí y a otras.
Sin reloj que suene en 15 minutos,
sin dolor en brazo.
Con la madre, con la hermana,
con las amigas, con la amora,
con la tiempa y la espacia de su lado.
De nuestro lado,
y nunca, nunca contra las espadas filosas que cortan
las horas y segundas de escribir y de amarse.

La corriente de la conciencia no va conmiga,
prefiero la corriente de sentires.
Me gusta cuidar y dejar lo preciso,
leer una y diez veces,
besarte una y mil veces.

Ya no quiero seguir escribiendo
¡Mi letra amora!
esa que era bonita como un parque de atracciones,
ya no la quiero ni mirar,
no la entiendo amora,
se ha descompuesto,
como cuando una se descompone
al no hacer lo que tu deseo dice que hagas

y sigo aquí escribiendo sin deseo,
como las amoras que perdimos en la heterosexualidad obligatoria,
esa impuesta por el opresor masculino
que te hace optar por ser lesbiana
en vez de dejarte en tu universa femenina
y ver con los ojos de la alma entera

Que no hay existencia sin lesbianas,
que no hay vida sin la amora,
y menos entre las mujeres que vuelven a la lesbiandad sagrada,
donde la vida y ser lesbiana es un río continuo.

Si ser lesbiana es una opción, las otras no las quiero.

Y a ti te quiero con la alma-cuerpa entera.

Las otras quemémoslas amora,
en la hoguera de las brujas quemémoslas todas
y saquemos a las brujas,
ya que ellas decidieron amarse-amarse.

Que no sé vivir de otra forma

y si la hay

esa

no la quiero.