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Feminismo Radical

Carol Hanisch

Nació en 1942 en Iowa y, actualmente, vive en Nueva York (leer más abajo la entrevista política). Es la autora del famoso texto que desarrolló el lema «Lo personal es político» (1969), y que fue publicado en «Notas del Segundo Año» en 1970.

Se integró al Movimiento de Liberación de la Mujer a través del Movimiento de Derecho Civil de Mississippi. Fue una participante activa del grupo feminista “Mujeres Radicales de Nueva York” y “Redstockings” de los Estados Unidos en los años setenta, contexto en que, precisamente, surge el documento que trata de la discusión y defensa de los grupos de autoconciencia, acusados de ser «apolíticos» o «grupos de terapia».

Lideró la protesta contra el concurso de Miss América en 1968. Fue editora del libro Redstockings, Feminist Revolution (1973-1975). Fundó y editó la revista de base Meeting Ground (1977-1991) que hoy tiene su versión online y que dirige junto a Kathy Scarbrough.

Colaboró con Sis Cunningham en la producción de la publicación de Broadside, y con los propios cancioneros de Sis. Carol también escribió y autoeditó Fight on Sisters (cancionero), Frankly Feminist (colección de sus columnas periodísticas) y Promise and Betrayal: Voices from the Struggle for Women’s Emancipation, 1776-1920 (lectura dramática con música). 

A lo largo de los años ha estado involucrada en la organización de trabajadoras/es rurales, en la lucha contra la guerra, el apartheid, el trabajo antirracista, antiimperialista y ambiental. 

Jessica Gamboa Valdés (Jeka) mantiene correspondencia personal y política con la autora, desde el año 2016, desde que le solicitó permiso para realizar la traducción libre del texto «Lo personal es político». Lo puedes encontrar en este enlace: http://autonomiafeminista.cl/wp-content/uploads/2016/07/lo-personal-es-pol%C3%ADtico_lucidas.pdf

Las invitamos a visitar su sitio web:

carolhanisch.org

Entrevista política a Carol Hanisch
Por Andrea Franulic – Jessica Gamboa Valdés (julio, 2017).

Carol, sabemos que eres una feminista radical activa, que vive en los EE.UU, escribes columnas de análisis actual en Meeting Ground online junto a Kathy Scarbrough, y que eres la autora de uno de los textos políticos más importantes del feminismo occidental “Lo personal es político”. Nos gustaría saber cómo esta feminista radical ha construido su vida personal, cómo se ha vivido el amor, la sexualidad, la maternidad, el trabajo, etc.


Nací en una granja en Iowa (un estado en el medio de los EE.UU.) con dos hermanos. Fui a la universidad y obtuve una licenciatura en periodismo para poder mantenerme de forma independiente y poder ser una escritora. Eventualmente pensé que tendría una familia, pero eso no sucedió. En la década de 1960 estuve muy involucrada en la liberación de las mujeres y en las luchas contra el racismo, la guerra de Vietnam y el capitalismo. Fue un momento tan emocionante y exigente que decidí que tal vez me casaría algún día, pero no quería renunciar al trabajo político por el trabajo doméstico y la crianza de los niños.

Tuve varias relaciones a largo plazo con hombres, pero terminaron por varias razones. También pensé que algún día tendría un hijo, pero sabía que no quería tratar de criar a un niño por mí misma. Los Estados Unidos no son muy generosos con las madres solteras y con las que no tienen mucho dinero. Hay escasa guardería pública y los programas de bienestar no son muy buenos. Siempre he sido una mujer autosuficiente y he atesorado esta independencia, aunque he tenido que trabajar largas horas para lograrlo. Lamento que el tipo de sociedad por la que luchamos hace 50 años, todavía no sea posible.

En el ámbito de las amistades políticas, ¿qué relación tuviste con las mujeres del movimiento radical de los años setenta como Shulamith Firestone, Anne Koedt, Kate Millet u otras?


Shulamith Firestone «Shulie»me invitó a participar en New York Radical Women (NYRW), en 1967, a través de un amigo mutuo. Anne Koedt y Kathie Sarachild también fueron muy activas en ese grupo. Kathie se convirtió en una buena amiga mía y en una compañera feminista de largo plazo. Kate Millet llegó a algunas de las reuniones del NYRW. En ese momento, ella era una académica y una integrante de National Organization for Women (NOW) y yo no la conocía muy bien.
Estuvimos de acuerdo con NOW en muchas cosas, como igualdad salarial y derechos de aborto, pero muchas de ellas pensaron que éramos demasiado radicales y que íbamos más allá de lo que ellas estaban dispuestas a hacer. Kate Millet estaba más bien en el medio. Creo que Kate estuvo de acuerdo con nosotras en varias cosas como, por ejemplo, éramos anticapitalistas y excluimos a los hombres de nuestras reuniones; NOW, no. Para nosotras nada tenía límites o quedaba fuera de nuestra crítica hacia la supremacía masculina. En cambio NOW se centró más en el ámbito legal de las cosas. NOW fue fundado principalmente como un grupo de presión o de “lobby” formado por mujeres profesionales. Más tarde se amplió y se convirtió en una organización formal con socias. En tanto el New York Radical Women se fundó como un grupo específicamente para construir un movimiento popular para la liberación de las mujeres.

¿Y Redstockings?

Redstockings emergió de una facción dentro de NYRW cuando el grupo se subdividió en grupos más pequeños.

En Chile, hemos conocido el documental “She`s beatiful when shen angry” (2014), y consideramos que no hace una distinción política entre las corrientes feministas norteamericanas de los años setenta (Now y las radicales, por ejemplo), ¿lo has visto, qué opinión tienes de este?
Lo he visto varias veces. La relación entre NOW y las radicales es complicada. Había varias mujeres en NOW que se hicieron activas en los grupos de liberación de las mujeres y algunas de la liberación de las mujeres eran integrantes de NOW. A veces participábamos en las acciones de uno o del otro grupo. Pero había diferencias políticas importantes. NOW, actualmente, es una especie de brazo no oficial del Partido Demócrata, que a muchas no nos gusta. Y lo recomendaría como una historia limitada del feminismo norteamericano, pero igualmente interesante.

Nosotras hemos leído a mujeres feministas radicales, como Adrienne Rich, Audre Lorde, Mary Daly, ¿te sientes políticamente cercanas a estas autoras?


No muy cerca. Su política difiere significativamente del feminismo radical de los años 60 del que yo era y todavía soy parte. Nosotras nos centramos más en la eliminación de la supremacía masculina de los hombres y en la sociedad en su conjunto. Queremos poner fin a la explotación de las mujeres por parte de los hombres y del capitalismo, poner fin al «trabajo doméstico de las mujeres» (http://meetinggroundonline.org/housework-reproduction-and-womens-liberation-2/). Queremos centros gratuitos para el cuidado de 24 horas para niños y ancianos y contar para ello con hombres y mujeres; queremos que los hombres compartan el trabajo doméstico, que el mundo sea seguro para las mujeres, en el sexo, en el trabajo y en la vida diaria. Por lo tanto, nos oponemos a equiparar el lesbianismo con la liberación de las mujeres. No deseamos vivir en un mundo de sólo mujeres y sentimos poco interés por la cultura femenina separatista y las diosas. Nosotras nos «separamos solamente para integrar»: http://meetinggroundonline.org/an-historical-reminder-separate-to-integrate/

En Chile, y tal vez en algunos países de América Latina, se desconoce la autoría del texto que contiene la idea de » Lo personal es político» y ha sido asociada a Kate Millett por su libro “Política sexual”. Afortunadamente te encontramos y más que nunca sabemos que es esencial leer el texto completo y no solo apelar a un eslogan que a menudo se usa indebidamente, incluso en contra de las mismas mujeres, y a veces como una vara o dogma para las mujeres feministas, ¿qué piensas de esto?

El eslogan «Lo personal es político» ha sido reclamado y atribuido a muchas personas. Yo creo que es justo decir que, por lo menos, fue mi artículo el que lo explicó y lo llevó a un uso público consciente. Desafortunadamente, el mal uso de «lo personal es político» se ha generalizado. Las mujeres lo usan para decir que lo que sea que una mujer hace es feminista. Aquí hay un enlace a un artículo de otra persona que habla de ello: https://isreview.org/Issue/92/personal-and-Political

Kathy Scarbrough, co-editora de Meeting Ground, con quien también hemos mantenido correspondencia, nos responde a la misma pregunta.

El uso indebido de “lo personal es político” sucede a menudo, porque muchas personas desconocen el origen del lema y no han hecho el tipo de investigación que ustedes hicieron para descubrir su origen. Y lo cierto es que no fue pensado para ser usado en contra de mujeres que tienen situaciones personales difíciles, todas las tenemos, porque estamos oprimidas en esta cultura. Pero al mismo tiempo vemos la necesidad de luchar contra la supremacía masculina tanto en nuestras vidas personales como de manera colectiva, como un movimiento.

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Feminismo Radical de la Diferencia

Andrea Dworkin

Nace el 9 de abril de 1946. Escritora y activista feminista estadounidense. Aporta uno de los análisis más agudos que existen en la teoría feminista sobre la industria pornográfica, que califica como el sistema violatorio más naturalizado hacia las mujeres. Escribió muchos libros, los cuales hoy cobran relevancia crucial en el contexto de libre consumo del cuerpo femenino y las pretensiones de legalizar la prostitución como un trabajo. En concomitancia con este análisis crítico, aporta luces sobre una sexualidad femenina libre. Como pensadora radical y radical de la diferencia, la genealogía de mujeres está presente en su escritura; un caso especial, son las brujas.

Desarrolló una propuesta legislativa junto a Catharine MacKinnon para proscribir la pornografía, cuestión que fue declarada inconstitucional en los tribunales norteamericanos.

Muere en el año 2005 de una enfermedad cardiovascular.

Lecturas muy recomendadas:

Woman Hating 1974

Our blood, 1976

Pornography: men possessing Women, 1981, entre otras.

«Quiero hablarles sobre violación: -violación- qué es, quién la comete, contra quién se comete, cómo se comete, porqué se comete, y qué hacer al respecto para que nunca más se cometa». 

(La atrocidad de la violación y el chico de al lado, Our blood).

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Feminismo Radical de la Diferencia

Adrienne Rich

Poetisa y ensayista, comprometida activista lesbiana y feminista radical. Para nosotras, es una de las más importantes exponentes del feminismo radical de la diferencia, y en sus trabajos destacan brillantes análisis sobre la diferencia de ser mujer en el patriarcado, colocando especial énfasis en la lengua y en la genealogía femenina libre. Ha publicado variados ensayos y análisis críticos fundamentales. Uno de los más importantes es Heterosexualidad obligatoria y existencia lesbiana, pues representa el mejor análisis que se haya hecho sobre la institución política de la Heterosexualidad, además de desafiar el discurso identitario, dándole un valor diferente a la experiencia del amor entre mujeres. Otros textos son: Es la lesbiana que hay en nosotras, Mujeres y honor. Notas sobre el mentir, Por una universidad centrada en las mujeres, La mujer anti-feminista, entre otros, reunidos en sus obras Sangre, pan y poesía; Sobre mentiras, secretos y silencios. Otras obras fundamentales son Nacer de mujer y su Antología poética. Recientemente, Sabina editorial ha compilado poemas suyos en un libro que ha titulado Galaxias de mujeres (2020).

El gran cambio de vida:

En el año 1976, publica 21 poemas de amor, una analogía irónica al romántico y misógino poemario de Pablo Neruda (1924). Versos que muestran abiertamente un amor y erotismo lésbicos. Estos versos se integrarían luego en el libro El sueño de un lenguaje común, editado dos años más tarde.

El poema flotante, sin numerar

Pase lo que pase con nosotras, tu cuerpo

Va a rondar el mío —tierna, delicada,

Tu forma de hacer el amor, como la fronda retorcida

Del helecho de agua en los bosques

Recién lavados por el sol. Tus muslos recorridos, generosos,

Entre los que mi rostro entero vuelve y vuelve—

La inocencia y la sabiduría del lugar que mi lengua encontró—

La danza vital e insaciable de tus pezones en mi boca—

Tu contacto firme, protector, descubriéndome,

Tu lengua fuerte, tus dedos finos

Llegando a donde estuve esperándote por años

Encerrada en mi cueva húmeda y rosa— pase lo que pase, esto es.

En 1976 escribe Nacer de mujer, ensayo sobre la maternidad, apoyado en su experiencia personal. Es uno de los libros clave para la teoría feminista. También en 1976 conoció a la escritora y editora jamaicana Michelle Cliff, quien sería su compañera sentimental hasta su muerte. Cabe destacar que Adrienne Rich, como efecto de su cuestionamiento a todas las instituciones patriarcales y a su propia experiencia como mujer en esta cultura patriarcal y su íntima relación con el feminismo radical, asume políticamente su lesbianismo ya en edad adulta, luego de haber sostenido un matrimonio y tres hijos.

III

Puesto que no somos jóvenes, las semanas tienen que contar

por los años que perdimos.

Así y todo, solamente esta peculiar distorsión

del tiempo me dice que no somos jóvenes.

¿Acaso a los veinte alguna vez caminé por la calle a la mañana

con los miembros flameando de la más pura alegría?

¿O me incliné desde una ventana sobre la ciudad

a escuchar el futuro

con los nervios afinados, como escucho tu llamada ?

Y tú, tú te acercas a mí con la misma cadencia.

Tus ojos son inmortales, la chispa verde

del lirio a principios del verano,

el berro verdeazul que lavó la primavera.

A los veinte, sí: pensábamos que íbamos a vivir para siempre.

A los cuarenta y cinco, quiero conocer incluso nuestros límites.

Te toco sabiendo que no nacimos ayer,

y de algún modo, cada una va a ayudar a la otra a vivir,

y en algún lugar, cada una va a ayudar a la otra a morir.

1997: Carta de Adrienne Rich en rechazo a la medalla nacional de las artes, otorgada por el gobierno de Bill Clinton:

“(…) Aceptar tal premio del Presidente Clinton o la Casa Blanca, como yo lo entiendo, es incompatible con la política cínica de esta administración. Quiero aclarar que lo que quería decir con mi negativa, y cualquiera que esté familiarizado con mi trabajo a partir de los primeros años de la década de los sesenta, sabe que yo creo en la presencia social del arte – como interruptor de silencios oficiales (…)”

“En las últimas dos décadas he sido testigo del impacto, cada vez más brutal, de la injusticia racial y económica en nuestro país. No hay una simple fórmula que relacione el arte con la justicia, pero sé que el arte no significa nada si simplemente decora la mesa para la cena del poder que lo mantiene rehén. Las radicales disparidades de riqueza y poder en Norteamérica se están agrandando a una velocidad devastadora. Un Presidente no puede rendir honores significativamente a determinados artistas simbólicamente elegidos mientras la gente, en su mayor parte, está tan deshonrada (…) Mi preocupación por mi país es inseparable de mis preocupaciones como artista. No podría participar en un ritual que me parece tan hipócrita”.

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Feminismo Radical de la Diferencia

Audre Lorde

Ensayista y fundamentalmente una poeta. Nace el 18 de febrero de 1934 en Harlem, Nueva York, y muere el 17 de noviembre de 1992 de cáncer de mama. Se autodefinió como “una guerrera poeta feminista negra y lesbiana”; y sus obras no solo son el reflejo de su feminismo radical de la diferencia, sino que también su vida como mujer lesbiana negra en un patriarcado racista y clasista.

Algunas de sus obras:

Los diarios del cáncer (1980): es una recolección de testimonios y experiencias sobre mujeres que contraen el cáncer de mama. Este libro fue escrito 6 meses después que se realizara una mastectomía. Es un texto en que la autora habla desde su experiencia al ser diagnosticada de cáncer de mama y su proceso para tomar la decisión de someterse a una operación quirúrgica.

“Después de todo, ¿de qué podríamos tener miedo después de haber admitido ante nosotras mismas que hemos enfrentado la muerte y no nos hemos entregado? Porque, una vez que aceptamos la existencia real de nuestra muerte. ¿Quién puede ya tener poder sobre nosotras? (… ) descubrí que luchar contra la desesperación no significa cerrar los ojos ante la enormidad de las tareas necesarias para efectuar un cambio, ni ignorar la fuerza y la crueldad de las fuerzas alineadas en nuestra contra. Significa enseñar, sobrevivir y luchar con el recurso más importante que tengo: yo misma, y disfrutar esa lucha”.

Zami: Una nueva ortografía de mi nombre (1982): es una autobiografía que la propia Audre Lorde llama “bio/mitografía”, que combina historia, biografía y mito. «Zami Carriacou» es una isla caribeña real, así como también la isla de la imaginación de Audre Lorde. Zami es «un nombre de Carriacou para mujeres que trabajan juntas como amigas y amantes ». En Zami la autora relata su infancia, su adolescencia y despertar amoroso y erótico con mujeres, también escribe acerca del poder y fuerza que le han otorgado las mujeres que han sido parte de su vida.

“¿A quién debo el poder detrás de mi voz? ¿Qué fuerza tengo?

Se han convertido en levaduras como la sangre repentina de debajo de la ampolla de piel magullada? Mi padre deja su letra psíquica sobre mí, silenciosa, intensa, e implacable, pero el suyo es un relámpago distante. Imágenes de mujeres llameantes como antorchas adornan y definen los bordes de mi viaje, parados como diques entre el caos y yo.

Son las imágenes de mujeres, amables y crueles, que me llevan a casa.»

La hermana la extranjera (1984): es un libro de recopilación de ensayos, cuyo título original “Sister, Outsider” refleja la extranjería y marginalidad de la que Audre Lorde se vale para sobrevivir y escribir en un mundo de supremacía masculina.

En estos distintos ensayos podemos encontrar el pensamiento más genuino de la autora, ese que habla desde sí misma y de su diferencia como mujer negra, lesbiana y madre.

La diferencia es potencia, en el pensamiento de Lorde, y no son las diferencias las que nos dividen a las mujeres, sino nuestros silencios. Las palabras femeninas son fuente de valor para la poeta.

La relación con la lengua es importante para la autora y eso se refleja en su escritura. Sus ensayos también cuestionan el sexismo (blanco y negro) como ciertas posturas feministas académicas de mujeres blancas y heterosexuales. En este mismo ejemplar, sostiene una entrevista con otra mujer lesbiana y poeta feminista radical de la diferencia: Adrienne Rich, con quien abre un diálogo honesto y profundo:

«¿Por qué debemos absorber la rabia de los hombres negros en silencio? ¿Por qué su rabia es más legítima que la nuestra? La ausencia de un punto de vista razonable y articulado de los hombres negros sobre estas cuestiones no es responsabilidad nuestra. Son los hombres negros quienes deben tomar conciencia de que el sexismo y la misoginia son disfuncionales para su liberación porque provienen de la misma constelación que el racismo y la homofobia».

«Adrienne: ¿Cómo se conectó para ti la enseñanza con la escritura?

Audre: Sé que la enseñanza es una técnica de supervivencia. Lo es para mí y creo que también lo es en general: es la única manera en que puede obrar el aprendizaje. Yo misma estaba aprendiendo algo que me era necesario para continuar viviendo. Lo analizaba y lo enseñaba a la vez que lo aprendía. Era como darme clases a mí misma en voz alta. Todo comenzó en el taller de poesía de Tougaloo».

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Feminismo Radical de la Diferencia

Carla Lonzi

Nació en Florencia, Italia, el 6 de marzo de 1931 y murió el 2 de agosto de 1982, en Milán, Italia, a la edad de 51 años. Artista, crítica de arte, ensayista.

Lonzi comenzó su carrera como crítica de arte a fines de la década de 1950. En el campo de la crítica de arte, llevó a cabo obras como «Autorittrato» (1969), que es un libro compuesto por conversaciones grabadas entre Lonzi y 14 artistas entre los años de 1965 y 1969. También su obra «Escritos sobre el arte» que constituye un estilo de “diario” escrito entre los años 1955 y 1970, donde es posible ver que sus ideas están en constante dinamismo y cambio. «Escritos sobre arte» es la culminación de la información recopilada de publicaciones periódicas, catálogos de exposiciones, documentos de conferencias y ensayos de periódicos. El trabajo histórico y artístico de Lonzi fue interpretado como una extensión de su trabajo como activista feminista, ya que no adoptó un enfoque tradicional para la promoción del arte italiano.

A partir de la década de 1970 Carla Lonzi se posiciona con una postura feminista radical contra el arte. Analiza el arte como una parte más de un sistema de instituciones y trabajo que permite las relaciones de poder hacia las mujeres. Toma conciencia de que la crítica de arte es una  «profesión falsa» y cómplice de un sistema de supremacía masculina, razón por la que abandonó su carrera como crítica de arte para transformarse en una activista  feminista. Su postura es muy radical al respecto, ya que no permite conciliación entre ambas actividades.

Esto también involucró su relación con Pietro Consagra, un escultor y poeta famoso en Italia, debido a las significativas diferencias que comienzan a tener respecto a cómo conciben el arte y las relaciones. Existe un registro hecho libro sobre el Diálogo que Carla Lonzi sostiene con Pietro Consagra para definir si darán continuidad a su relación: “Vete pues. Diálogo con Pietro Consagra”. Vai pure (vete pues) es la frase final del diálogo, frase de despedida que Carla Lonzi pronuncia. Varios meses después muere de cáncer.

Rivolta Femminile

Carla Lonzi funda, junto a Carla Accardi y Elvira Banotti, uno de los primeros grupos feministas radicales y autónomos de Italia, la colectiva Rivolta Femminile o Revuelta Femenina (1965 y 1980) que se pronuncian por primera vez a través de su maravilloso e histórico «Manifiesto de Rivolta Femminile» en 1970, que se pegó en las paredes de Roma.  

La política de Rivolta Femminile se basa fundamentalmente en la práctica de la «autoconciencia», que consiste en un trabajo de conversación en un grupo pequeño, de la cual surgen reflexiones y la teoría feminista más genuina desde las propias experiencias de las mujeres que participan en el espacio.

La Rivolta Femminile creó su propio espacio editorial, la Scritti di Rivolta Femminile o Escritura de la Revuelta de Mujeres, que permitió al grupo distribuir su propio trabajo. De esta forma, Carla Lonzi desarrolla gran parte de su actividad y pensamiento feminista a través de la publicación de sus escritos. Algunas de las obras más notables de Lonzi son «La mujer clitórica y mujer vaginal», «Escupamos sobre Hegel», «Diario de una feminista», «Itinerario de reflexiones», entre otros. El Diario es una obra con notas escritas entre los años de 1972 y 1977, que involucra reflexiones sobre sus relaciones amorosas, políticas, con amistades, entre otras. Las obras de Carla Lonzi dan cuenta de su trabajo reflexivo y de toma de conciencia feminista y femenina libre, como mujer clitórica que fue. Para nosotras, es la principal predecesora del feminismo radical de la diferencia.

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Pensamiento de la Diferencia

María – Milagros Rivera Garretas

Nace el año 1947, en Bilbao, España. Es madre y abuela, ama de su casa, catedrática de la Universidad de Barcelona e investigadora del Centre de Recerca Duoda. Además de Duoda (1982) y de su revista del mismo nombre (1991), ha contribuido a fundar la Llibreria Pròleg de Barcelona (1991), la Fundación Entredós de Madrid (2002) y la Biblioteca Virtual de investigación Duoda (2011). Cada libro que publica, es una joya. El último es El placer femenino es clitórico, edición independiente (2020).

La reconocemos, desde el Feminismo Radical de la Diferencia, como una de las pensadoras de la «diferencia sexual» más inspiradoras e influyentes de este tiempo para pensar la política, la «libertad femenina» y la historia de las mujeres. Escribe en «femenino libre» como «mujer clitórica» que es. Gracias a sus traducciones «en femenino», conocemos a las grandes autoras de lengua inglesa e italiana: Emily Dickinson, Virginia Woolf, Lia Cigarini, Carla Lonzi, Luisa Muraro, entre otras.

Para conocer más de ella y su trabajo, visita su página web: mariamilagrosrivera.com

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Feminismo Radical de la Diferencia

Virginia Woolf

Adeline Virginia Stephen nace el 25 de enero de 1882, en la ciudad de Londres. Se educó en la casa familiar, es decir, no asistió a escuela ni universidad. Sin embargo, aprovechó muy bien la biblioteca de su padre. Se casó a la edad de 30 años con Leonard Woolf.

La relación de Virginia con las mujeres de su genealogía y con aquellas que la rodeaban (hermana, madre, Ether, Vitta), impulsó sus originales obras literarias y ensayos. Es una de las maestras en la literatura universal.

Es una de las madres del Feminismo Radical de la Diferencia, porque a partir de sí escribe en «femenino libre», es decir, con «independencia simbólica» de los códigos y valores masculinos. Por la misma razón, desmonta las falsas lealtades y las libertades irreales que las instituciones patriarcales inculcan en las mujeres. La mirada de la diferencia sexual también se expresa en su posición sobre las mujeres y la clase social, aportando un análisis original y encarnado en su propia experiencia como «hija y hermana de hombres educados».

Decide quitarse la vida a los 59 años, hundiéndose en el rio Ouse, con piedras en sus bolsillos. Dejó repartidas varias cartas de despedida para Leonard y Vanessa, su hermana.

Los ensayos que de esta autora nos inspiran y nos dan «auge», están reunidos en sus libros Un Cuarto Propio (1929) y Tres Guineas (1938). En estos libros, está la mirada germinal del feminismo radical de la diferencia.

*Un Cuarto Propio se debe leer en «femenino libre», para esto recomendamos la traducción de María-Milagros Rivera Garretas: Virginia Woolf, Un cuarto propio, Madrid, Sabina editorial, 2018.

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Declaraciones

Declaración 8 de Marzo 2020

RESTITUIR EL VALOR SOCIAL DE LAS MUJERES

Las Feministas Lúcidas reconocemos el fin del patriarcado[1]. Su caída se ha precipitado con total estruendo. No es precisamente un final feliz. En parte, porque aún estamos rodeadas de sus muertos vivientes[2] que nos quitan la vida y nos violan. En este contexto, que es crucial para nuestra política, deseamos pensar y afinar muy bien nuestras prácticas y acciones. Es así como consideramos de vital importancia continuar el legado de las autoras que son nuestras referentes; esto es, restituir, en la sociedad y en la cultura, el valor social y simbólico de las mujeres, de tal manera que nuestros cuerpos sean inviolables y el matarnos sea impensable.

El valor social de las mujeres no se mide con los hombres, en nada. No significa llenar la sociedad de representaciones que refuercen los estereotipos femeninos, pues esto el patriarcado lo ha hecho durante siglos. Las representaciones culturales y el lenguaje deben vehicular un femenino libre o sentido libre de ser mujer[3], es decir, libre de los estereotipos de género codificados por el régimen patriarcal; libre de su falocracia coital y de toda su política sexual, que fomenta una sexualidad reproductivista, anuladora del placer clitórico[4].

El sentido libre de la diferencia femenina debe estar en el cine, en los medios de comunicación si estos dejan de estar en manos del poder, en las escuelas mientras duren, en las lecturas que se realicen en cualquier lugar, en la historia que se relate en la calle, en el aula, en la casa. Las esculturas, cuadros, libros, etc., deben impregnarse de femenino libre, de genealogía de mujeres, de madres, hijas, amigas, hermanas, pensadoras, políticas, activistas, artistas, escritoras. Deseamos seguir representando las relaciones entre mujeres, en especial, la relación entre la madre y la hija, interrumpida por el patriarca incestuoso, porque restituir el valor social de las mujeres pasa, principalmente, por retornarle a la madre su autoridad[5]. Junto a todo esto, es fundamental reparar en la lengua que usamos, las palabras que decimos para nombrar y definir, las connotaciones que elegimos para referirnos a otra mujer, porque rechazamos el régimen de significados patriarcales en todas las dimensiones de nuestra existencia, y le abrimos los brazos al orden simbólico de la madre, es decir, elegimos hablar en lengua materna y no usar las palabras androcéntricas que nos aplastan y tergiversan nuestra experiencia.

La radicalidad, el tomar las cosas desde la raíz[6], va por este camino de política de mujeres, que requiere cada día más consistencia y sistematicidad. Somos quienes, conscientes de nosotras mismas, trabajamos para ser libres del patriarcado y de todo lo que este acarrea. Cada una desea librarse de sus propios cánones de vaginalidad[7], de todo aquello que le resta independencia simbólica de los hombres y refuerza la envidia y competencia entre mujeres. Esto debemos expandirlo tanto en nuestra apuesta simbólica en el mundo como en la práctica concreta de nuestras relaciones, que, más que tomar la forma de la sororidad, toma la figura del affidamento[8].

Si se restituye el valor social de las mujeres, los feminicidios[9], las violaciones y su impunidad SE ACABAN. Nunca se acabarán a través del derecho, las leyes, la paridad o la igualdad. Al contrario, el derecho masculino viene a confirmar nuestra desvalorización social. Por su parte, los discursos conservadores o progresistas de la diversidad de géneros, de la disidencia sexual, de la inclusividad, etc., son funcionales a la pérdida del valor social de las mujeres y, en consecuencia, no contrarrestan los feminicidios, sino que los fomentan, puesto que niegan la potencialidad de la diferencia sexual femenina libre y autónoma, que debe ser significada por cada mujer en primera persona.

Por eso, necesitamos mirar alrededor y encontrar, en el lenguaje y la representación, el valor social del sentido libre de ser mujer por todas partes, necesitamos continuar la práctica política de expandir este valor, de plasmarlo y encarnarlo, tal como lo han venido haciendo las pensadoras de la diferencia sexual y las feministas radicales de la diferencia. Deseamos llenar los cuadernos y libros con las palabras, llenar los muros, las calles, las telas con las imágenes, de las mujeres de nuestra genealogía materna, de las mujeres de nuestra genealogía de pensadoras y políticas, de las mujeres que llevan a cabo, en el anonimato, la gran obra de civilización que es dar la vida y la palabra, nada menos que la capacidad simbólica de la especie humana. Necesitamos nombrar el mundo en femenino libre y no en un pretendido y falso neutro, aunque se disfrace de E. Deseamos que se entienda que nada de esto es compensatorio, porque “las mujeres no somos una cuota, SOMOS LA MEDIDA DEL MUNDO”.

REVUELTA SOCIAL EN CHILE

La revolución en nuestro país deja en evidencia también el fin del patriarcado[10], que se arrastra desde mucho antes, gracias a la política de las mujeres[11]. Nosotras apoyamos la revuelta en su sentido más genuino y, por eso, seguimos en ella. ¿Cuál es este sentido? Para nosotras, es lo que conlleva de orden simbólico de la madre[12], esto es, la transformación profunda de las relaciones humanas para que estas dejen de ser instrumentales, a la usanza patriarcal, y sean relaciones sin fin, a la usanza de las mujeres[13]. Asimismo, es todo lo que esta revuelta demanda de justicia social y de buen vivir, como la autonomía de los pueblos originarios, el respeto a la naturaleza y a todas las especies, la liberación de los recursos naturales (en especial, el agua), las pensiones dignas para la vejez, una educación sexuada, gratuita y de calidad, etc., un largo etc.

Principalmente, conlleva el fin de la política con poder[14], de la política de los partidos, de la política institucional; en otras palabras, del estado moderno de derecho que se configuró dejándonos fuera a las mujeres. Este descreer de la política establecida es un sentimiento genuino y lo han manifestado sobre todo las y los jóvenes. Las mujeres lo sentimos hace siglos; las madres, hace milenios. Las y los recién llegadas/os traen su novedad a este mundo viejo que los recibe[15]. Y su novedad coincide con nuestras búsquedas y hallazgos seculares. No queremos más la política con poder. Sin embargo, el estado criminal, capitalista y patriarcal, lleno de muertos vivientes[16], no recibe esta novedad, sino que la entierra, la asesina, la deja sin visión, para mantener su estato quo, sus intereses económicos y de poder, para sacarle brillo a su derrota y mostrar su miseria a vista y paciencia.

Nos duele y enfurece que queden impunes los patriarcas asesinos, violadores y torturadores de todos los tiempos criminales de este país y del planeta entero, que hoy son los feminicidas, son los hombres prostituyentes y todos los que colaboran a favor de la industria sexual; son también los asesinos de quienes participan activamente de esta revuelta, y de las mujeres, hombres, niñas y niños del pueblo mapuche. La única violencia que reconocemos es la violencia patriarcal y la violencia de estado; no nos sumamos al coro hipócrita contra la delincuencia y su parodia televisiva. Como dijo la beguina Hadewijch de Amberes, a principios del siglo XIII, la fuerza con la fuerza, el amor con el amor… todas las cosas hay que buscarlas en lo que ellas mismas son.[17]

LA NUEVA CONSTITUCIÓN

Cuando a una crisis, sobre todo de profunda magnitud, se le responde con las viejas respuestas aprendidas de siempre, o sea, se la enfrenta con los mismos prejuicios y prácticas reiterativas, ya probadas y fracasadas, vuelve a explotar una y otra vez, y lo hace cada vez peor[18]. Por eso, no les damos crédito a las respuestas que da la política con poder[19]. Para que una constitución sea realmente Nueva y no vuelva a explotar en 10 años más, no basta que se levante desde la soberanía del pueblo de los hombres, necesitamos que lo haga también desde la soberanía del pueblo de las mujeres[20]. Es decir, tiene que inscribir la diferencia sexual femenina libre, porque nadie nos debe incluir. La disidencia sexual no nos incluye, menos como mujeres lesbianas, el sujeto (pseudo)universal del lenguaje del derecho patriarcal, tampoco.

El camino, para nosotras, no es la inclusión ni la identidad de género; no es la paridad ni la igualdad con los hombres. Inscribir el femenino libre tampoco significa estar visibles en el lenguaje como víctimas, sino que se trata de aparecer como protagonistas de nuestras propias vidas. No es hablar de la miseria masculina, sino de y desde la libertad femenina[21]. Esto implica sexuar el lenguaje del derecho. Para nosotras, una constitución digna del momento histórico que estamos viviendo, que es el fin de una civilización desequilibrada y unilateral, tendría que explicitar de forma determinante que el cuerpo femenino es inviolable e impensable el violentarlo, porque el nacer mujer es una fuente de valor insustituible y solo las mujeres podemos sacar a la luz del sol sus contenidos.


[1] Descubrimiento del año 1996 de las feministas de la Librería de Mujeres de Milán. El fin del patriarcado implica dos cosas interrelacionadas. La primera es que las instituciones, sobre todo las de su política sexual, han perdido crédito en la mente y en la vida de muchas mujeres. La segunda es que las mujeres somos dueñas de nuestros cuerpos y sus frutos. Cuando esto último no ocurre, lo vivimos como una gran injusticia, pero ya no como una práctica naturalizada, como ocurría mientras duraba su contrato sexual.

[2] Expresión que tomamos de la pensadora de la diferencia sexual, la historiadora española María Milagros Rivera Garretas, en su texto http://www.ub.edu/duoda/web/es/textos/10/222/

[3] Tomamos estas figuras de María Milagros Rivera Garretas.

[4] Carla Lonzi escribe Mujer clitórica y mujer vaginal, planteando que la primera colonización que sufrimos las mujeres en las sociedades patriarcales es psíquica y fisiológica al habernos impuesto el mito de que nuestro placer orgásmico reside en la vagina y no en el clítoris y, por lo tanto, coincide con el del hombre.

[5] Autoridad viene del étimo augere, que significa ‘hacer crecer’, ‘dar auge’. La autoridad de la obra materna, que es dar la vida y la palabra, es usurpada, en los albores de las sociedades patriarcales, para desplazar a la madre por el Padre, su ley y palabra, transformando la autoridad en autoritarismo. Ver la obra de Luisa Muraro, quien descubre la figura del orden simbólico de la madre. Dice M. M. Rivera Garretas que el orden simbólico es la lengua que hablamos.

[6] Significado etimológico de la palabra ‘radical’.

[7] M. M. Rivera Garretas habla de cánones de vaginalidad para referirse a la falta de independencia simbólica de las mujeres respecto de los hombres, el seguir considerándolos medida del mundo. Viene esto de la figura de la mujer clitórica y la mujer vaginal de Carla Lonzi, a la que hicimos ya referencia.

[8] Práctica política y social descubierta por las feministas de la Librería de Mujeres de Milán. Es una práctica de disparidad, porque su importancia reside en reconocerle su más a una mujer y no en pretender que seamos todas iguales, como sucede con la sororidad, la que no ha terminado con la envidia ni la competencia destructiva en los espacios feministas.

[9] También se tendrían que terminar los feminicidios simbólicos, es decir, el silenciamiento, la difamación, el ocultamiento de obras, etc., de las pensadoras, activistas, de todas quienes ejercen un liderazgo en el movimiento de mujeres.

[10] Descubrimiento del año 1996 de las feministas de la Librería de Mujeres de Milán. El fin del patriarcado implica dos cosas interrelacionadas. La primera es que las instituciones, sobre todo las de su política sexual, han perdido crédito en la mente y en la vida de muchas mujeres. La segunda es que las mujeres somos dueñas de nuestros cuerpos y sus frutos. Cuando esto último no ocurre, lo vivimos como una gran injusticia, pero ya no como una práctica naturalizada, como ocurría mientras duraba su contrato sexual.

[11] Política de las mujeres que es milenaria y toma especial fuerza en el último tercio del siglo XX con los grupos de toma de conciencia (Rivera, La diferencia sexual en la historia, 2005).

[12] El orden simbólico es la lengua materna que aprendemos de la madre, o de quien ocupe su lugar, en la primerísima infancia. Lo aprendemos estando en relación y con autoridad materna, que viene de ‘augere’, cuyo significado es ‘hacer crecer’. En las sociedades patriarcales, sobre todo occidentales y modernas, este orden simbólico es usurpado y desplazado por el régimen simbólico patriarcal, que tergiversa, fragmenta y silencia la experiencia femenina. Ver Luisa Muraro, El orden simbólico de la madre.

[13] La relación instrumental es la que usa a alguien para lograr cualquier meta. La relación sin fin es aquella que se basa en el gusto y placer de estar en relación solo por el hecho de estarlo (Cigarini, Muraro, Rivera, El trabajo de las palabras, 2008).

[14] M.M.R.G. opone la política con poder a la política de las mujeres.

[15] Tomamos esta idea de la filósofa política Hannah Arendt, en especial de su texto La crisis de la educación.

[16] Expresión que tomamos de la historiadora de la diferencia sexual, María Milagros Rivera Garretas.

[17] La cita no es textual, aparece completa en Mujeres en relación: feminismo 1970-2000, de María Milagros Rivera Garretas, p.45.

[18] Esta idea la tomamos del texto de Hannah Arendt, La crisis de la educación.

[19] María Milagros Rivera Garretas opone la política con poder, que es partidista y masculina, a la política de las mujeres, que se practica sin ejercer la fuerza ni el poder.

[20] Luce Irigaray se refiere al pueblo de los hombres y al pueblo de las mujeres. En algunos textos de su libro Yo, tú, nosotras.

[21] La economía de la miseria femenina que inunda los medios masivos de comunicación, en especial los días 8 de marzo, es, en realidad, la miseria masculina: mujeres asesinadas, sueldos desiguales, feminización de la pobreza, etc. Esta idea la tomamos de Milagros Rivera en http://www.ub.edu/duoda/web/es/textos/10/211/ Y de Lia Cigarini es la figura de la libertad femenina, para referirse a una libertad relacional, más practicada por mujeres que por hombres, y que no es liberal ni individualista.